La princesa de las libélulas

12:10 / Publicado por Lucas / comentarios (0)

Esa tarde, el sol bañana mis bambués con la tranquilidad de cualquier tarde soleada, yo esperaba a una modelo para ese domingo, como solía ocurrir normalmente. Ellas siempre son bellas y de alguna manera, algunas son más bellas que otras en algun atributo pero todas bellas. He visto de todo, delgadas, rellenas, de ojos grandes y de colores, con pechos hermosos, frondosos, de caderas curvas, frescas de pieles exquisitas. Todo eso he capturado con mi lente y aunque a veces siento que me debilitan, esta nueva modelo, era diferente, además del deslumbramiento que sufro normalmente, el equlibrio que existía en la belleza de su rostro y la caida de su cabello me parecían increibles, sus labios como si fuesen demarcados naturalmente, formados con una silueta muy femenina, sus ojos grandes y achinados, una combinación dificil de forma y de color, de un verde grisaceo y profundo, que se decoraban junto a una nariz perfecta, delgada y fina. Su voz un tanto ronca, lo suficientemente erótica, y ella, que se describía a sí misma como sencilla, extrovertida y natural. Como si aún fuese poco el impacto, me habló ella de algo que ya venía yo analizando, desde hace mucho que faltaba en mi vida, la posible causa de mis fracasos: mi falta de fé. Me habló de fé, a mi, que he sido burlado tantas veces, que cuando he querido querer me cierran las puertas y cuando he decidido dejar de hacerlo, me las abren, a mi que esperé tres años por un amor con toda la fé del mundo y ella nunca volvió, a mi que hacía pocos días había encontrado algo muy parecido a lo que buscaba, y que parecía sería mío sino fuese porque el cobijo de su novio era mayor que el de sus esperanzas conmigo...

Yo le hice las fotografías, pero por dentro estaba mudo, inmutado, su belleza me había anonadado, mis palabras no fluian, estaba en ese estado... tonto... enamorado. Mis defensas se habían caído, no me importaba ya que lo supiera, así que le dije que me recordaba una canción que repetía una y otra vez: "I can't take my eyes off of you". Cuanto más corría el tiempo, más angustia me causaba que se fuese y no la viese nunca más de la misma manera que la comtemplé ese día, pensé, qué tengo que yo para ofrecerle a esta princesa de las libélulas, para que que se quede conmigo, para que me extrañe como ya la extraño yo, para tener la suerte de su hermanos que la pueden mirar todos los dias y concluí que lo mejor que tengo para ofrecer soy yo, ese amor que guardo para la indicada, podría mostrarle un poco, de todas maneras, "el amor es lo unico que crece cuando se comparte", decía el principito. Así que la miré a los ojos como si la amara, aunque tuviese pocas horas de conocerla, para entrar en su alma y dejarle un mensaje, el mensaje de que yo estaba dispuesto a entregarle ese tesoro, para que supiera, decidiera ella lo que fuese con su vida, que yo, un hombre con heridas, estaba dispuesto a amarle, si me dejaba, supongo que su alma recibió el mensaje, pero no ha querido ella tomarlo en serio, talvez le falta fé, la misma fé de la que ella me habló, talvez me mira como si yo quisiera lo que quieren todos los lobos, su carne, yo no me conformo con eso... yo quiero amarte.

Xxxxx, he de ser otro más, pero me enamoré de tí.


PD: "la libélula es el insecto mas perfecto que existe, ya que desde que fue creado hasta el día de hoy su anatomía no ha evolucionado nada"