La Diamela

18:03 / Publicado por Lucas /

Existió una vez un hombre que vivía en la pradera, solo, con pobreza pero con tranquilidad, tenía el alimento suficiente y la paz que solo da la brisa que refresca el rostro de un hombre sin ataduras. A Lucas la soledad no le dolía, porque en realidad no estaba solo, en su jardín, en el centro de todas las flores, estaba la más amada, la más hermosa y resplandeciente de ellas: La Diamela, la alegría de su corazón. Y vio Lucas que su flor le amaba también y sintió confianza y llenura. Y Lucas pensaba, mi flor es tan bella y yo tan afortunado, pero si la fortuna me sonríe y tengo una flor tan bella y la pradera es tan basta, han de haber otras bellezas, y en su ambición soñaba por las noches que crecían otras flores más bellas, que le amaban a él, y se sintió rico y dichoso, y besando a la Diamela, partió en busca de ellas, cruzó montañas y ríos, recorrió bosques enteros, sufrió frío y hambre, recordando siempre a su Diamela, obstinado con su fortuna, fortuna que cambió tanto, que Lucas, lejos... lloró, lloró amargamente, porque entendió que como su Diamela no hay ninguna, entonces se horrorizó, y casi enfermizamente corría por volver a su pradera, para no dejar morir a su Diamela, la angustia se apoderó de él, y él que ya no quería contemplar lagunas ni atardeceres ni probar manjares o conocer muchas lenguas, que solo pensaba en su tesoro, sentía por adelantado una terrible premonición; y cuando finalmente Lucas volvió a su pradera, se partió en pedazos su corazón, había muerto su Diamela y el amor que ella le procuraba, entonces bajó Lucas al infierno y duerme Lucas en él, y cada mañana piensa: "hoy vería a mi Diamela", y cada noche cuando se acuesta: "ahora contemplaría dormir a mi belleza". Y buscó Lucas miles de formas de renacer esa flor, la flor del amor, y subió al cielo y bajó de nuevo al infierno, pero nada encontró que la reviviera, entonces pensó Lucas en envenenarse pues para que vivir si no tenía a su Diamela, pero entonces recordó su ambición y su pecado, y que era justo el precio que pagaba. Volvió Lucas a la pradera y sigue Lucas en ella, espera de nuevo otra Diamela, su Diamela... cuando entonces.... (CONTINUARA)

1 comentarios:

Comment by Lucas on 11 de octubre de 2007, 18:36

Paqui Mari dijo:
A mí me encantan las diamelas. Mi madre tiene en casa algunas planta y efectivamente es poco usual encontrarlas porque requieren un cuidado muy especial
Paqui Mari González Zurita - 05/06, 12:16
http://montoro.cuadernosciudadanos.net/aadelpalomarejo/1087

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